sábado, 26 de mayo de 2007

El alma de un árbol, cuestión de carácter

Cuando observamos árboles en la naturaleza, seguramente nos llaman la atención aquellos que por sus características especiales se destacan por sobre sus hermanos. Puede que esta característica diferenciadora sea la forma de su tronco, cicatrices de heridas producidas por las inclemencias del tiempo, su edad o simplemente el aura que irradian.
Esto es el alma del árbol, su carácter, y es lo que nosotros, los que hacemos bonsái, debemos imitar en nuestra obra.
Si observamos detenidamente estos ejemplares "especiales", notaremos coherencia en todas sus partes, algo que no siempre somos capaces de proyectar en nuestro trabajo. La copa, el trono y sus raíces forman parte de un conjunto armónico.
Muchas veces vemos bonsái incoherentes, con troncos retorcidos, mucha madera seca y copas frondosas, con sus ramas y masas de verde tan mimadas que parecen ser la fusión de dos árboles. Esto es, en la mayoría de los casos, el resultado de una incorrecta aplicación de técnicas de envejecimiento artificial o el de utilizar árboles recolectados (yamadori) y modelarlos como se de una planta de vivero se tratara. Si algún tipo de inclemencia imprimió una forma retorcida al tronco, también lo hizo con sus ramas. La naturaleza no obra de manera selectiva y solamente en una parte del árbol, lo modifica en su conjunto.
Con esta idea en mente, debemos reflexionar sobre nuestras propias creaciones ¿Son mis plantas coherentes?, ¿cuentan una historia?, ¿tienen carácter?.
No quiero ser malinterpretado, no digo que todos nuestros bonsái deban mostrar un aspecto de sobreviviente, también pueden emanar un carácter dulce y suave, como el de los árboles creciendo en un valle al abrigo de las montañas. Lo que sugiero es una aproximación más racional, más coherente en el diseño y modelado de nuestros bonsái.
La técnica nos permite realizar casi cualquier cosa, como un sauce en estilo vertical formal, pero esto no es la esencia de nuestro arte. Imitemos a la naturaleza no doblegando nuestros árboles, solo guiémoslos con suavidad, mostrando su carácter, su alma.


Martín Erculiani

3 comentarios:

Maxi dijo...

Hola Martìn, muy bonito y muy cierto tu comentario.
Espero que nunca dejes de escribir ya que tenes un "algo" especial para expresar en palabras lo que sentìs.
Me gustarìa mucho leer unas lineas escritas por vos acerca de wabi y sabi.
Mi agradecimiento felicitaciones por el blog

Martin Erculiani dijo...

Maxi, ante todo, muchas gracias por dejarme unas palabras.
Me alegra saber que disfrutas de mis escritos, y voy a tratar de realizar uno con el tema que me sugeris (nada sencillo!).

Un abrazo
Martin

Paulo César Saucedo dijo...

Hola Martin!!!
Como siempre tan correcto, disfruto mucho de leer tus articulos.
Es una gran verdad que la mayoria de los bonsai que uno ve por internet o en revistas no se parecen mucho a la realidad, tendrian que salir mas al monte no?.
Un abrazo y seguimos en el camino del bonsai.